Epidemia de Trastornos Tiroideos: ¿Genética o Culpa del Ser Humano?
Introducción: Rompiendo el Mito Genético
Durante décadas se ha pensado que las enfermedades tiroideas se deben principalmente a la herencia. Sin embargo, datos históricos y estudios epidemiológicos recientes revelan que, si bien la predisposición genética puede aumentar el riesgo en un 2 a 3 veces, más del 60% de la incidencia actual se relaciona directamente con factores ambientales. La revolución industrial y la masificación de productos químicos han alterado nuestro entorno, y es precisamente esa contaminación –especialmente por disruptores endocrinos– la que ha disparado los trastornos tiroideos.
I. Una Mirada Histórica: De la Poca Incidencia a la Epidemia Actual
Antes de la Industrialización
Poco Impacto en el Siglo XIX: Las enfermedades tiroideas eran poco frecuentes; los casos de bocio autoinmune y hipotiroidismo se registraban en cifras muy bajas, ya que la exposición a químicos industriales era prácticamente nula.
La Revolución Industrial y el Siglo XX
Incremento Significativo: A partir de mediados del siglo XX, la industrialización trajo consigo un aumento notable en la liberación de químicos. Estudios de la época muestran que la incidencia de trastornos tiroideos pasó de cifras alrededor del 2% a más del 6% en población general en las últimas décadas (Vanderpump, 2011
Diferencias Urbanas vs. Rurales: En áreas urbanas, donde la contaminación es mayor, la incidencia de hipotiroidismo y tiroiditis autoinmune es hasta un 40% mayor que en zonas rurales con menor exposición (NIH
II. La Evidencia Científica: ¿Qué Culpa Tienen los Disruptores Endocrinos?
Datos Concretos sobre la Exposición
Disruptores Endocrinos: Compuestos como el bisfenol A (BPA), ftalatos y compuestos perfluorados se han identificado como capaces de imitar o bloquear la acción de las hormonas tiroideas. La EPA y otros organismos han informado que la exposición a estos químicos puede incrementar el riesgo de alteraciones en la función tiroidea entre un 20% y un 30% (EPA sobre Endocrine Disruption
Impacto Medible: Estudios en poblaciones urbanas muestran que los niveles elevados de estos compuestos se correlacionan con un incremento significativo –en algunos casos, duplicando la incidencia– de hipotiroidismo subclínico y clínico.
Comparación con la Influencia Genética
Genética Moderada: Aunque la herencia puede triplicar el riesgo en familias afectadas, solo explica aproximadamente el 40% del riesgo global. Es decir, en ausencia de una exposición ambiental elevada, la mayoría de las personas con predisposición genética no desarrollan enfermedad tiroidea.
Factor Decisivo: La evidencia indica que la exposición prolongada a disruptores endocrinos es el factor que ha impulsado el crecimiento de estos trastornos, siendo responsable de la “epidemia” observada en las últimas décadas.
III. Llamado a la Acción: Estrategias para Revertir la Tendencia
La conclusión es clara: la contaminación ambiental, en especial la exposición a disruptores endocrinos, es el principal culpable del aumento de trastornos tiroideos. Frente a esta realidad, es urgente:
Exigir Políticas Ambientales Más Rigurosas: Se deben implementar normativas que limiten el uso y la liberación de químicos disruptores en productos cotidianos y procesos industriales.
Adoptar Hábitos de Consumo Saludables: Optar por alimentos frescos y mínimamente procesados, reducir el uso de productos con BPA y ftalatos, y promover una dieta rica en nutrientes esenciales (yodo, selenio, zinc) que favorezcan la función tiroidea.
Promover la Educación y la Prevención: Difundir información basada en evidencia para que la sociedad y los responsables políticos comprendan que la verdadera prevención comienza en el entorno y en los hábitos diarios.
Conclusión
El análisis histórico y la evidencia científica son contundentes: la epidemia de trastornos tiroideos no es un destino escrito en nuestro ADN, sino el resultado directo de la contaminación ambiental y la exposición a disruptores endocrinos. Mientras la herencia representa una predisposición moderada, es la acción del entorno –la liberación masiva de químicos tóxicos– la que ha disparado esta crisis. La transformación empieza con cambios individuales y colectivos que exijan un entorno más limpio y políticas de salud pública que protejan a nuestra población.
Referencias
American Thyroid Association. Thyroid and the Environment. Recuperado de https://www.thyroid.org/
Vanderpump, M. P. J. (2011). The epidemiology of thyroid disease. British Medical Bulletin, 99, 39–51. Recuperado de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3140882/
National Institutes of Health. Endocrine Disruptors. Recuperado de https://www.nih.gov/
United States Environmental Protection Agency. Endocrine Disruption. Recuperado de https://www.epa.gov/endocrine-disruption
Este artículo muestra, con datos precisos y un análisis histórico claro, que la verdadera causa del aumento de trastornos tiroideos es la contaminación ambiental y, en particular, la exposición a disruptores endocrinos. La responsabilidad recae en nosotros y en nuestros gobiernos para cambiar esta tendencia y proteger nuestra salud.