Durante la pandemia de COVID-19, como millones de personas, experimenté una profunda crisis. El aislamiento social, la pérdida de mi trabajo, estudios y relaciones cercanas (amigos, pareja, etc.) dejaron huellas profundas en mi vida. Mi salud se vio gravemente afectada: mentalmente sufrí de una tristeza profunda y ansiedad, espiritualmente perdí el sentido de la vida y caí en el agnosticismo, y físicamente mi cuerpo se debilitó, perdí peso y abandoné toda actividad física.

Sin embargo, fue precisamente este colapso lo que me llevó a hacer algo que nunca antes había hecho: comenzar a hacer preguntas. Preguntas como: ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Por qué hay tanta maldad en el mundo? ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Existe Dios? ¿Para qué vivimos? ¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué creo lo que creo? ¿Por qué pienso y siento lo que siento?

Estas preguntas no tienen respuestas sencillas, y aún después de algunos años, sigo buscando respuestas. A veces incluso revisito aquellas que pensaba ya haber respondido. Pero lo importante aquí es que descubrí algo fundamental: esta búsqueda de respuestas es el primer paso necesario para enfrentar los problemas, especialmente aquellos que afectan nuestro estado óptimo de salud y bienestar.

Aprendí una valiosa lección: "No te apoyes únicamente en tu propio entendimiento". Es esencial aceptar nuestra ignorancia y reconocer que hay mucho que no comprendemos. Esto nos permite dejar de estar paralizados y nos impulsa a entrar en un proceso de búsqueda.

Sin embargo, también cometí el error de quedarme solo en las preguntas. Descubrí que es igualmente importante aplicar lo que vamos aprendiendo. Llevar ese conocimiento al verdadero campo de batalla: nuestra vida cotidiana. Fue entonces cuando comencé a aplicar cambios tanto en mi salud espiritual como en la física, experimentando con diferentes filosofías, creencias, dietas y rutinas. Este fue el segundo paso: aplicar el conocimiento, combinado con la actitud de estar siempre dispuesto a cambiar.

A través del tiempo, y tras muchas pruebas y errores, me di cuenta de algo esencial: la salud no se construye solo con pastillas o yendo al gimnasio. Hay muchos otros factores que necesitamos desarrollar para alcanzar nuestro ser óptimo y vivir de la mejor manera posible. "Esto traerá salud a tu cuerpo y fortaleza a tu carácter".

Y así fue como surgió la idea de Viva 360, inspirado en estas lecciones y en mi propio camino hacia la recuperación y el equilibrio…